
Ingreso en una habitación vestida de blanco y alfombrada de azul. En la pared contraria a la puerta se deja ver un cuadro hecho con la tapa de un disco de Sandro. A un costado, sobre una biblioteca repleta de libros de filosofía –“La mayoría de los cuáles aún no leí”, me confesaría luego- descansan dos katanas japonesas en su atril. En la mesita de luz una bola de luces gira, llenando de círculos de colores el cuarto. A su lado descansa un habano fumado por la mitad –“Quedó así desde el día de mi graduación”, me dirá luego. Una voz cálida me invita a sentarme en la cama de dos plazas. El Galán me recibe envuelto en una bata de seda negra, medias y ojotas. Aunque alguna vez se autodefinió como “Retroalternopop”, todo aquí tiene un aire bastante kistch, o, como solemos decir por el barrio, “Glamour grasa”.
¿Qué tal, Galán? ¿Puedo llamarlo así, verdad?
No.
Ah, ¿y cómo prefiere que lo llame?
Juan estará bien.
Bien, Juan entonces…
¿O por qué no mi nombre completo?: Juan Pablo Antonio Ego Coraje Actitud Vazquez.
Ehhh, sí, claro, Juan… Bueno, como usted sabe, su blog está cumpliendo las cien entradas, motivo por el cual hemos decidido hacerle este pequeño reportaje, para que su público pueda conocerlo un poco más. Sabemos que es bastante reservado, y que nunca habla en forma directa. Por ejemplo, ¿por qué nunca contesta los comentarios que le dejan?
En primer lugar, sí los contesto. Los contesto cuando hay algún interrogante que responder, claro. ¿O acaso usted responde a locuciones que no son preguntas? Cuando me dejan alguna, la contesto, pero en el lugar que corresponde: es decir, en el blog de la persona que preguntó. ¿O cuando le llega un mail usted lo responde en su propia casilla? No, claro que no, eso sería ridículo. Uno debe contestar a la casilla del mail de la persona que le escribió, es lógico.
¿Pero no cree que eso haría perder el hilo de los comentarios?
¿Hilo? ¿Y quién dijo que los comentarios deben tener un hilo? La trama está en el texto, los comentarios son los comentarios, hay que separar las cosas…
¿Y en segundo lugar?
Ah, sí, claro, empecé diciendo “en primer lugar”, eso me obliga a tener al menos un segundo… Bueno, si me da un segundo se lo contesto.
Bien, tiene su segundo.
¡Gracias! Es el segundo que necesitaba. Ahora sí, sigamos, por favor.
De acuerdo. Estábamos en la conexión con sus lectores…
Ah, sí, los lectores. ¡Los maravillosos lectores! ¿Sabe qué es lo mejor del blog? ¡La posibilidad de que le dejen comentarios! Yo siempre escribí revistas, o libros… y ahí si alguien lo lee uno ni se entera. Son muy pocas las personas que se acercan a hacer una devolución de lo leído. En cambio el blog es magnífico: uno puede saber aproximadamente cuánta gente lee lo que uno escribe y si le pareció bueno o no. Esta posibilidad de devolución por parte de los lectores es lo más maravilloso… es el equivalente del aplauso para el actor o para los músicos.
Bien, y cuénteme…
¡Un momento! ¿Por qué lo que dice usted está resaltado y lo mío no?
No se preocupe, Galán, es sólo para distinguir lo que afirma cada uno, no por una cuestión de preferencias.
Si es por eso está bien, mi querido reportero imaginario. Sigamos.
Sí. Quería que me cuente algo más de su vida, su perfil no dice muchas cosas.
Bueno, es que no me gusta exponer mis intereses así tan abiertamente, sin que nadie los pregunte. Si alguien me quiere conocer, que me lo diga y listo. Mi dirección de mail está ahí disponible. De todos modos, si se fijan en las imágenes que hay acá al costado, dicen mucho acerca de mis gustos. Pero dejemos de hablar de mí, por favor. Mejor pasemos a mis escritos (Risas).
¡Ey! ¿Cómo hice para reírme entre paréntesis?
Oh, es algo muy común en los reportajes, no se preocupe. Y ni siquiera hace falta que sea gracioso lo que diga (Risas)
Lo veo (Risas)
(Risas)
(Risas)
Ok, basta. Entonces cuénteme sobre sus escritos, ¿cuándo comenzó a escribir?
Bueno, en mi vida encuentro tres años claves. El primero fue 1989. Comenzaba la escuela primaria y me había dado cuenta que me gustaba mucho dibujar. Ahí fue cuando creé a los Perros: unas criaturas circulares, de color verde y ojos saltones, que en nada se parecían a los susodichos canes. Llegué a crear más de 400…
¿Y cuándo se dio cuenta que el dibujo no era lo suyo?
Bueno, a mí siempre me gustó contar historias. Así fue que empecé a realizar mis propias historietas. Primero, inventaba Caballeros del estilo Caballeros del Zodíaco, hasta que finalmente llegamos al segundo año clave: 1996, fecha de nacimiento del Hombre Vinchuca.
¿Hombre Vinchuca?
Un superhéroe, sí. Ya le dedicaré alguna entrada. Por ahora sé que mi amigo el Jardinero del Kaos lo ha nombrado en alguna de sus aventuras. Finalmente, luego de cinco historietas renuncié a los comics. Durante 1999 y 2000 comencé a escribir para la revista del Centro de Estudiantes de mi colegio, llamada Duro con Ellos. Pero fue en 2001, cuando empezaba el CBC para la carrera universitaria, cuando escribí mi primer texto en serio Conclusiones filosóficas, una sátira a la forma de redactar de los filósofos contemporáneos.
Y a partir de ese año se dedicó a la escritura.
Claro, así fue. Durante 2002 escribí Vánder, mi primer novela, que logré publicar por una editorial chica al año siguiente, pero ya no quedan ejemplares, ni editorial. En 2003, junto a mis amigos Agustín Dib, Luciano Vecchio y Juan Milanese, realizamos la revista Tocate comics. Fue un solo número, pero valió por mil, es que hicimos mil ejemplares. A esa revista pertenece el cuento Yo Nadie. Luego, a comienzos de 2004 terminé La totalidad del ser: economía y agresividad, mi segundo libro. Se trata de la traducción de la obra de un colega, el magnánimo Henry Töpf.
¿Y por qué los nombra así, subrayados?
Ah, porque acabo de crear hipervínculos. Es que ese cuento y un texto del libro de Töpf fueron publicados en este blog. En ese año también escribí el único cuento por el cual recibí un premio alguna vez, un 4º lugar en un concurso local… Se llama Desliz emocional, y también puede leerlo por aquí (lo dividí en seis partes porque me parecía muy extenso para una sola entrada).
Bien, veo que también sabe hablar entre paréntesis. ¿Y cómo siguió la cosa?
En 2005 junto a un grupo de amigos creamos la revista Mitin. En ese entonces me hacía llamar Sigfrid von Haussen y mis compañeros eran Nathan Adler, Rulo Liboy, Ramón Toro, Amendoim, y El Nebulín que luego cambió su nombre a Le Nebulán, por razones obvias. Salieron 26 números y en cada uno se trataba un tema diferente. El relato Estertor fue escrito para esa revista. Y el texto La parábola de los Siete Maderos perteneció originalmente a ella, aunque luego formó parte de Placebo, mi tercer libro, escrito a finales de ese mismo año. Ah, también publiqué un comic, Encuentro, para la revista Virus. Pero esta vez sólo hice el guión, el dibujo estuvo a cargo del maestro Dib.
Bien, ¿y qué pasó en 2006?
En 2006 publiqué otro comic, Mar del Plata, también con dibujos de Maese Dib. Este muchacho el del blog Caos, mire, acá le hago un hipervínculo también por si le interesa ver sus trabajos. Luego escribí algunas cosas en el fotolog que tenía por ese entonces. Algunos textos como El Masajista, Dados, Literatura Sanitaria y El flato y las relaciones humanas son de esa época. En 2007 creé la revista Vitel Toné, que duró 13 números. Los textos Los Lunaquesistas, y Reflexiones sobre el tiempo nacieron en esa revista.
Y finalmente llegamos a 2008…
En 2008 nace Galán de Barrio, el blog que está en sus manos… digo, en sus ojos… bueno, como sea. El Barrio está compuesto en su mayoría por textos cortos, autoconclusivos, aunque hay algunas mini sagas, como
Bueno, veo que siempre ha tenido una buena relación con sus lectores.
La mejor, sin lugar a dudas. Es gracias a ellos que el Barrio está cada día más lindo.
Y además fueron surgiendo varios personajes en el Barrio, algunos de los cuales han aparecido en más de una historia, ¿verdad?
Cierto, gracias por notarlo. Y en la entrada anterior, la noventa y nueve…
Claro, la 99, ahora entiendo…
…la mayoría de ellos se encuentran en un bar. Así que si alguien se quedó enganchado con alguna de sus historias, no tiene más que entretenerse buscándolos por el blog. También pueden buscar a Wally, que por ahí anda.
Luego de esta entrevista, ¿piensa continuar con la ficción?
Que, ¿esto fue real? Ahora necesito tomar algo, tanto hablar me agobia. ¿Quiere un fernet?
Acepto su ofrecimiento y brindamos por las letras, internet, la libertad de expresión y el chocolate en rama. El grabador quedó encendido, pero el resto de la entrevista es inaudible, ilegible e inenarrable.