viernes, 3 de octubre de 2008

Tres




- Interesante suma, ¿a quién hay que matar?
- A un tal Funes, un payaso dueño de un prostíbulo, pura pedantería…

Al notar el gesto de sorpresa en mi rostro, Palabrín se dio cuenta de que cuando dije “matar” no estaba hablando en serio. No tardó en aclarar:

- Claro que no hay que matarlo, no se preocupe. Sólo necesito sacarle cierta información.

Por un segundo respiré aliviado. Luego pregunté:

- ¿Y por qué me ofrece tanto dinero?
- Mi querido, eso no es nada al lado de todo lo que podemos conseguir, si me ayuda en esta empresa.

El viaje, que había comenzado tan monótono y aburrido, ahora estaba tomando un tinte interesante. Pero ayudar a un desconocido a obtener información de un tratante de blancas y con tanto dinero de por medio no sé si era lo que estaba buscando exactamente cuando pensaba en salir de la rutina.

- Necesito detalles, ¿dónde está ese burdel? ¿Quién es Funes? ¿Cómo piensa sacarle la información?
- Tranquilo compañero, ya le dije no vamos a matar a nadie. Además, lo necesito vivo: no creo que ese enano pueda darme los datos que necesito postmortem…

Lo que decía sonaba lógico, hasta cierto punto, pero aún necesitaba saber más. Mi silenciosa espera se lo hizo saber:

- El lenocinio está en Tucumán, en las afueras del centro. Con este dinero podremos pagar un hotel y los transportes necesarios. Y para el sábado a la noche ya podríamos estar tomando algo con las bellas señoritas del Clan Funes.
- ¿Y una vez ahí qué?
- No será difícil movernos, tengo contactos allí dentro. Una de sus preferidas fue una gran amiga mía, será fácil llegar hasta él.
- Claro, y una vez frente al cafisho le va a pedir por favor que le cuente lo que usted quiere…
- Tengo ciertos datos que a él le interesaría conocer, así que digamos que sería una suerte de intercambio…
- ¿Chantaje?

Palabrín se limitó a sonreír.

La cabeza me daba mil vueltas, tenía ganas de gritar “¡Basta, es demasiado! Yo sólo quería un poco de paz, nada más…”. Sin embargo, no podía negar que había algo en todo esto que me estaba gustando.

Cortésmente me levanté y dije:

- Discúlpeme, pero necesito pensarlo. La noche no es buena para tomar decisiones, mejor esperemos al alba.
- No hay problema, joven. Piénselo tranquilo, sé que no es una elección fácil. Pero recuerde que estaremos llegando a Tucumán poco antes del mediodía.
- No se preocupe, antes de esa hora tendrá mi respuesta.

Tomé mi mochila y me dirigí hacia el vagón comedor, el único sitio en el que estaba permitido fumar. Luego de una cena frugal me acerqué hacia una ventana y prendí un pucho. ¿Qué debía hacer? Esta parecía ser la oportunidad de hacer algo fuera de lo común que había esperado toda mi vida. Sin embargo, todo se había dado de manera tan extraña.

Cuando volvía hacia mi asiento me topé sin querer con un hombre que se encontraba parado en la oscuridad que reinaba en el pasillo que conectaba dos vagones.

- Oh, disculpe, con tanta oscuridad no lo vi.

El hombre-de-gris me miró de forma extraña, como si de alguna manera hubiera estado esperando que yo pasara por allí.

- No se preocupe, suele pasar. ¿Quiere un trago?

Me extendió una petaca de metal.

- ¿Qué es?
- Pulque, viene de México. Hace que el tequila parezca jugo de rosas.
- No, gracias, preferiría no tomar nada fuerte en un tren, por los mareos, usted me entenderá…
- Usted se lo pierde, amigo.

Dijo el hombre-de-gris y empinó la petaca, al parecer vaciándola de un trago.

Justo cuando me estaba retirando, dijo algo que no comprendí:

- El nombre es Sabat, recuérdelo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánto talento en un solo galán!
Felicitaciones. Veo que no es posible vencerte.

Esto te va a consumir, cuidado.

Me gustaría que aparezca el nombre "Calígula" en tu relato, pero no lo tomes como una obligación.

Salutti.

O Niño Bidimensional!

Duquesa de Katmandu dijo...

Sí, coincido con el Niño B., ojo que esto es un camino de ida.

Cheese-cake
coprolitos
espéculo

Beso (esa no va)

Paula Daiana dijo...

... muy atrapante su historia!, algo me dice que va a aceptar la propuesta... Sigo leyendo Galán!