miércoles, 9 de septiembre de 2009

4-Los últimos galanes


La brisa marina se deja sentir en el rostro. Arrieta, timón en mano, vuelve a experimentar el salitre aroma en sus fosas nasales. El Río de la Plata no huele igual al Mediterráneo, pero hay algo que comparten los siete mares: la paz ondulante y salada.

Ángel Vergara toma notas en su diario: la prueba final deberá ser postergada o evaluada in situ. No conoce el destino pero eso no lo abruma: admira el volar de las gaviotas y por unos instantes se hace uno con ellas.

Desde la proa de la pequeña embarcación Johnny John alinea sus cuatro brújulas, intentando descifrar cuál es la que funciona: Noto, Bóreas, Céfiro y Euro lo atraen con finos cortejos, pero él no se decide por ninguno. Y sin embargo se mueve.

Somosa de pie contra la barandilla, cambia su mirada gris por un gesto verdáceo. Se arrepiente de ser aventurero: nunca había pensado que el mar podría marearlo tanto. Detrás de él, Diógenes estudia minuciosamente la carta de bebidas. Siente que hay detalles que se le escapan ¿Qué querrían decir esas letras al final del mapa?

Un grito lo saca de sus cavilaciones: “¡A babor! ¡Virar a babor!” Johnny John sigue una corazonada. La nave gira bruscamente y de pronto el día se hace noche. El agua marina deviene un gran charco negro y las nubes bajan hasta convertirse en niebla.

Avanzan lentamente por el lago oscuro. A lo lejos comienza a divisarse tierra firme. Poco a poco comienzan a surgir de ella lo que parecen ser personas de pie observando rígidas desde el ébano absoluto. A medida que las pupilas se van adaptando a la ausencia de luz, descubren que las siluetas en realidad no eran hombres, sino lápidas.

Arrieta conduce incrédulo entre aquella brea líquida: no puede negar que algo de toda esa situación fantástica lo atrae. Diógenes revisa una vez más el mapa y se dirige hacia el hombre de las brújulas, para asegurarse de que no haya confundido el rumbo. Ángel Vergara abandona la escritura y observa absorto el paisaje, mientras Somosa se irgue en toda su altura al sentir aquel penetrante perfume.

Una bella dama de arios cabellos increpa a la tropa:

Viajeros lejanos,
de porte tan serio,
¿qué buscan, ufanos,
en mi cementerio?


Diógenes es el primero en contestar:

-Discúlpenos, oh hermosa diosa de los mares, queríamos saber si nos podría ayudar a encontrar algo que buscamos.

La dama continúa en silencio.

Mastreta vuelve a intentarlo:

-Le decía, eh, señora… si podría ayudarnos… mire, es que estamos siguiendo este mapa, y…
La dama, silente, frunce el ceño. Justo cuando amenaza con irse, Johnny John lo comprende:

-Diógenes, creo que yo hablo su idioma. Dejame intentarlo:

Dama agraciada y elocuente,
a usted nada se le escapa.
Ya que es tan inteligente,
¿podría ayudarnos con este mapa?


Joven agudo y atrevido,
¿por qué debería de ayudarte?
Si vos solo te has perdido,
vos solo podés escaparte.


Dama fría y escurridiza,
presiento que es mujer amable.
Por favor, llevamos prisa:
y mi brújula no es fiable.


Tu insistencia, al parecer,
no tiene límite, ya lo creo.
Pero yo veo lo que quiero ver,
y lo que no quiero, no lo veo.


Mi querida, haga una excepción,
por este pobre viajero:
que me indique una dirección
es lo único que quiero.


Muy bien, dame el plano,
voy a ayudarte, mi adorado.
Supongo que no en vano
el Hado hasta mí te ha guiado.


Johnny Johnn sonríe y le pide el mapa a su compañero. Mastreta se lo pasa y el poeta se lo entrega a la dama. La blonda lo mira con atención y finalmente recita:

Me temo que has perdido el rato,
joven austero, lo siento.
Desconozco tal garabato,
y si te digo, te miento.


La desilusión se hizo presente en el rostro de los cinco marineros. Sin embargo, Diógenes Mastreta se vio súbitamente iluminado y susurró cual Cyrano unas palabras al oído de su amigo.

Johnny John juega su última carta:

Agradezco su ayuda,
como un fiel Cancerbero.
Sólo me queda una duda:
¿Conoce a un tal…


El trueno provocado por la ira de la dama resuena al oír aquel nombre prohibido. Ella se aleja furiosa, no sin antes señalar el camino con un gesto lapidario.

Mientras la embarcación avanza las nieblas se disipan. El héroe perdido arroja una de sus brújulas al mar.

22 comentarios:

SIL dijo...

Por un segundo, voy a hablarte en serio, y éso significa declarar aquí, a modo de ELOGIO SINCERO, que tenés una capacidad sublime para la escritura.
En prosa y en verso, te has superado.
En cuanto a la historia, seguimos atentos...
UN BESO LAPIDARIO, Donjuan.

LOLI dijo...

Ja!!!soy segunda!!!
Estoy muy orgullosa de haber encontrado este blog y poder leerte.
ME ENCANTA!!
UN BESAZO

Anónimo dijo...

Soberbio. La verdad sin palabras.

SIL dijo...

Cancerbero rima con Jardinero !!!
Que tarada...
Se me derritieron las mínimas neuronas que tengo !!!!!!!!
Lenta, pero segura, Galán.
:)
Besos tardíos y muertos de risa.

Jardinero del Kaos dijo...

Bastard!!!
La verdad no paras de asombrarme bribon, ayer me dijiste, tengo que hilar ciertas cosas y pense: este se va a demorar una semana, y hoy me encuentro con esto cocinado...
Sos un groso.
rima con carnicero, carbonero, camionero, etc...
un abrazo.

Gara dijo...

Tremendisima tu forma de escribir, transmites tanto, q me haces vivir tus relatos, en primerisima persona.

Besos

Unmasked (sin caretas) dijo...

COncuerdo con SIL, tenes una capacidad natural para escribir

Vengo de regerso por tu casa a ver que hay de nuevo, :) que suerte que pase.

Un beso para el galan de aquellos

Petra

Susana Peiró dijo...

Galán...qué inspirado!

Mientras te leo, me asaltan los héroes griegos, los relatos épicos, mitológicos...pero a la vez tu cuadro de galanes tiene ese saborcito local, familiar, cercano.

Muuuuy agradable leerte!

Un abrazo!

Enric Pérez dijo...

Realmente fascinante. Pasamos del arquetipo de la conjura (una taberna) al arquetipo de la aventura (un barco) y llegamos al del misterio o el tesoro (un cementerio). Espero ya próximas entregas.

Un saludo.

Lascivia dijo...

Amigo me tuve que poner al día con los textos. Siempre un placer leerte. Este último me hizo recordar a las sirenas de Santa rita de Dolina.

Todos mis elogios y un saludo desde el kuore, querido mio.

Alma Mateos Taborda dijo...

Cuánto talento es posible descubrir en este post. Manejas maravillosamete tanto la prosa como el verso. Estoy gratamente sorprendida y me encantará volver. Por favor sigue dejando la puerta abierta.Felicitaciones! Un abrazo.

Martín Gardella dijo...

Muy bueno este Galán! La mezcla de prosa con versos me pareció una excelente idea! Sigue la historia?

KUBAN dijo...

¿Quién guía a uno en internet para encontrar sitios como este? Gracias. Volveré. Un abrazo cubano desde México.

Arya dijo...

... y yo que venia a ponerme al dia, pero como escribes Galansito!.

(sin hablar de futbol ; )

Abrazotes!

Anónimo dijo...

Las rimas están excepcionales, la historia tendré que leerla de corrido para comprenderla en su totalidad.

Mis sinceras felicitaciones, escribes de maravilla.

Un abrazo y me alegra que te haya gustado mi versión de H.V. ;)

Hayata!

Romina dijo...

Uh!
justo cuando tenía que hablar se enoja

mujeres...

Qué historia Galancete eh?

lo felicito
tiene usted una magnífica manera de describir situaciones marítimas, entre otras cosas

Abrazos♥

Pablo dijo...

No hay nada peor que perderse y encontrar una rubia arisca al mapeo. Mecachendié.

SIL dijo...

Por resultar conducente, cité un relato de tu autoría en mi último post, que quitaré de inmediato si así lo desearas.
Besos, DONJUAN.

Atenea Kamet dijo...

Galán, tenía un tiempito libre para visitarlo, así que aquí estoy. Le mando un beso. Sigo leyendo esta historia marina.

Cynthia dijo...

Con dialogos y rimas y bien verseado me encanto, no solo un relato, que bien mezclaste, estilos y formas me encantó.

cariños
muakkkkkkkkkkkkkkk
Voy de apoco.
;)

el oso dijo...

Lapidarios verseros momentos atraviesan nuestros héroes. Ya se asemejan a arthurgondonpymes salidos desde el albatros y llegados a quién sabe dónde...

Giselita dijo...

Volví!! Y me estoy poniendo al día.
Muy interesante,sigo leyendo