
Linfo descansaba de su guardia. En los últimos días había tenido que intervenir en varias defensas y se encontraba agotado.
Baso pasó cerca, algo apurado. Pero al ver su compañero se detuvo:
-¿Qué hacés acá, descansando? ¿No te enteraste de que hay problemas en el Sistema Central?
-Que vayan los Rojos, yo ya tuve demasiado.
-Sabés muy bien que ese no es su trabajo, sino el nuestro. ¡Vamos, soldado!
-Esperá, Baso. Sentate un rato, me gustaría hablar con alguien. ¿Sabés? Estuve pensando…
-¡¿Pensando?! Eso no nos corresponde a nosotros, ¡nuestro lugar está en la Defensa!
-Nuestro lugar… ¿Nunca pensaste en que tal vez nosotros seamos algo más que simples guardianes?
Baso contempló absorto a su amigo. Éste sintió que debía continuar con su reflexión:
-¿Cuánto vivimos? ¿Días, meses, años? Tiene que haber algo más, otra cosa que podamos hacer.
-Linfo, ya sabés lo que enseña el Protocolo: cada cual tiene función, y la nuestra es…
-Ya lo sé, ya lo sé. Pero, tanta clasificación, ¿no te parece arbitraria?
-¿Qué querés decir?
-Tanta diferenciación entre nosotros, distintas castas, discriminación por color, tamaño, forma… No sé, a veces siento como que todos somos parte de lo mismo.
-Bueno, en cierto sentido es así, ya que todos trabajamos en favor en un bien común…
-¿La paz? ¿La armonía? ¿Es status quo? No, Baso, no. Yo hablo de otra cosa, va más allá de una simple comunidad. Yo creo que todos formamos parte de un mismo Todo, ¿entendés?
Baso volvió a contemplar largo rato a su colega, temiendo por su salud mental.
-¿Un Todo?
-Una Unidad, de la cual todos seamos parte. Donde cada uno cumpla su función, sin perder su individualidad, pero sin privilegiar el fin propio frente al de la Totalidad.
-¿Y ese Todo sería un ser vivo, como nosotros?
-No lo sé… ¿Suena absurdo, verdad?
-La verdad que sí.
-Tenés razón, basta de pensamientos sin sentido, que nosotros no estamos para eso. ¿Hay problemas en el Sistema Central? ¡Vamos a defenderlo!
-Así se habla, compañero. No quisiera pensar qué pasaría si los Hostiles llegaran a tomarlo.
Linfo y Baso murieron en esa misma batalla, sin saber que eran lo que unos seres relativamente superiores a ellos, los humanos, llamaban Glóbulos Blancos