domingo, 20 de noviembre de 2011

Error de Redundancia Cíclica [4/7]


Blue alcanza al conejo justo antes de que éste se metiera en el claro: con un limpio tackle de rugby se arroja al suelo y lo toma de los pies.

-¿A dónde creés que vas sin nosotros?
-Es que vos no lo entendés, la capacidad de ese arma es asombrosa, extremadamente peligrosa… y no quiero imaginar lo que pueda suceder si cae en las manos equivocadas.
-En las manos de ese tal Jardinero del Orden, querés decir.
-Exacto. Según los datos que acaban de aportar, ese sujeto aún puede estar vivo. Hay que encontrarlo a él o al Desmitificador, antes de que el destino los reúna, si es que no lo ha hecho ya…
-Eso ya no es de tu incumbencia, conejo. –Sentencia una voz que denota cierto matiz de dolor en sus palabras. Es el Jardinero del Kaos, que tomándose la herida, agrega:
-Alberto, muchas gracias por habernos traído acá. Tu misión era guiarnos en la búsqueda del Galán de Barrio y ya lo hemos encontrado, ahora llegó el momento de hacernos cargo nosotros mismos de nuestros propios problemas. Además, debo volver para curar mi brazo.

El Jardinero sorprende con el tono de seguridad con que adorna sus palabras.

.¿Por qué hablás en plural? Ese hombre no se llama Correcaminos Alegría, por cierto…
-Tenés razón, Coyote Calamity. Es mi opuesto al que enfrentamos, el Jardinero del Kaos contra el Jardinero del Orden, así debe ser.

María también se suma al grupo:

-Bien, y ahora, ¿cómo salimos de acá?
-Puedo llevarlos conmigo y dejarlos de vuelta en su universo, si es lo que desean- Afirma el conejo de Pascuas.
-¡Un momento! ¿Cómo es que vos podés entrar y salir cuando quieras de acá? A mí me tomó años poder salir de esta Redundancia Cíclica, hasta llegué a pensar que estaba muerto…
-Todos lo pensamos… -Agrega el Jardinero.
-Es cierto –se suma Blue- ¿Cómo es que vos podés entrar y salir tan fácilmente?

El conejo Alberto mira fijo a los cuatro antes de responder:

-¿Acaso conocen algo más cíclico que las Fiestas navideñas y celebraciones afines?

El silencio grupal funciona como mutuo asentimiento.

De pronto el buscado se acerca a los buscadores, intentando readaptarse al contacto con el resto de los seres parlantes:

-Bueno, ¿y a mí me llevan con ustedes?
Alberto se adelanta en la respuesta:
-No puedo hacerlo, sólo puedo llevarme a los que traje, pero vos caíste en la Redundancia Cíclica por tus propios medios. Vas a tener que encontrar tu propia salida.

El Jardinero y sus secuaces se quedan atónitos:

-¿Eso quiere decir que hicimos este viaje para nada?
-No, Blue. Este viaje fue para encontrarlo. Ya le devolvimos su nombre, ahora él debe seguir su propio camino que lo saque de acá.
-Bien, pero antes dejame hacerle un obsequio.

El Jardinero se acerca al Galán y le quita el raído sombrero blanco. A continuación, de un misterioso bolsillo desde el fondo de su sobretodo, extrae un bombín negro y se lo entrega.

-Así está mejor, el otro ya estaba pasado de moda.
-¿Tuviste ese sombrero todo el tiempo? ¿Ahí? -Se sorprende Blue.

El Jardinero del Kaos extiende su mano al Galán de Barrio y la estrecha con fuerza:

-Adiós compañero, la primera parte de mi misión concluye aquí. Ahora debo encargarme de solucionar otros problemas, algo más personales.
-¿Nos volveremos a ver?
-Seguro… Como me dijo un amigo una vez: “no es un adiós, sino un hasta luego”.

El Jardinero del Kaos, Blue, Calamity y María hacen una ronda alrededor del conejo. Antes de que una serie de luces y efectos varios los haga desaparecer, se escucha la voz de Blue que reclama: “cielos, este ha sido un domingo eterno”.

El Galán se queda unos instantes observando el punto que aquellos extraños personajes han dejado vacío. “Bueno, solo otra vez”, piensa, justo cuando intenta ponerse su nuevo bombín. Sin embargo un quejido lo sorprende desde su interior:

-¡Ey, chico! ¡Ten más cuidado con lo que haces!

Hay algo dentro del sombrero.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Suero para recordar [3/7]


El conejo intenta poner orden:

-¡Esperen, muchachos, esperen! Nadie quiere violencia acá, ¿verdad? Fue un accidente…
-Estoy bien, gracias –Dice el Jardinero poniéndose de pie.
-La corbata evitará que pierdas más sangre, pero no funcionará por mucho tiempo –Agrega Blue.
-Sabía que por alguna razón debía traértela…

El hombre de tupida barba y largos cabellos exclama:

-¿Quiénes son ustedes?
-¿Pero cómo puede ser? ¿No te acordás de mí? El Jardinero se acerca lentamente hacia él y le apoya una mano sobre el hombro.

Una sucesión de imágenes borrosas pasan rápidamente por la mente del joven de sombrero: un brindis con cerveza en una taza de café, escenas dantescas de fiestas extrañas, cantatas en calles nocturnas, y la palabra dextrosa vagando por el aire… Sin embargo no es capaz de unirlas ni de darles sentido.

Ante la mirada perpleja de su antiguo compañero de aventuras, el Jardinero del Kaos exclama resignado:

-No hay caso, es él, pero no recuerda nada.
Blue y Calamity se miran confundidos. El conejo se abalanza sobre el ilustre desmemoriado:
-¡El arma! ¿Dónde está el arma?
-¿De qué arma me hablás?
-¡Del Demistificador! ¿Cuál va a ser?
-¿El qué? ¿Nos conocemos, señor conejo?
-Tal vez con esto me recuerdes…
Con una agilidad impensada en él, el roedor mete su garra entre las piernas y exhibe dos huevos de gran tamaño…

María sonríe cual niña golosa:

-¡Lo sabía, es él!
-María de los Milagros, ¿hay algo que quieras contarnos? –La increpa Calamity.

De pronto Blue reacciona:

-¡Miren los huevos, es el conejo de pascua!
-Alberto, para servirles –Se presenta el conejo. –Ahora sí, ¿dónde está el Desmitificador?
-No sé de qué me hablás, eh… Alberto.
-Nosotros también quisiéramos entender – Exclama el Jardinero.

Alberto se arregla la garganta antes de comenzar:

-La cosa es así: hace un tiempo este sujeto aquí presente apareció de la nada haciendo uso de la Simultaneidad y me pidió prestado un objeto que yo había guardado recelosamente rescatándolo del río luego de nuestra última aventura.
-El Desmitificador.
-Así es, vaquero, el Desmitificador: la única arma capaz de erradicar completamente a un personaje de ficción y hacer que nadie lo recuerde. Se imaginarán lo peligroso que puede resultar ese juguetito para nosotros…
-Continúa.
-Y ahora él dice no recordar nada… Es extraño, ¿lo habrá utilizado? Y si es así, ¿por qué ha resultado este efecto inverso?

La última palabra del conejo da vueltas en la cabeza del Jardinero. De pronto sus ojos se iluminan:

-Inverso… Se me ocurre una teoría, aunque no sé si suena muy racional…
-¿Racional? Te recuerdo que estás hablando con un conejo… -Ironiza Blue.
-Decía, yo tengo mi contraparte, se hace llamar el Jardinero del Orden, de quien no he oído hablar hace tiempo…
-¡Ya sé! – Se suma María- Tal vez este sujeto también tenía su contraparte, y fue para usarla en su contra que pidió ese arma.
-Entonces eso podría haber acabado con aquel ser y nuestro recuerdo de él, y al mismo tiempo lograr el efecto inverso en este joven de sombrero: en lugar de hacer que el mundo se olvide de él, ¡lograr que él se olvide del mundo!
-Podría ser – concluye el conejo- Pero eso significa que… ¡Santas resurrecciones, debo apurarme!

Alberto huye hacia un claro entre los árboles. Blue mira a Calamity y al Jardinero, pero comprende que habiéndole explotado una bomba cercana a uno y habiéndosele clavado una lanza en el hombro al otro, él es el que se encuentra en mejor estado de los tres para perseguir al conejo de pascuas y sale corriendo tras él.

El confundido de barba y sombrero se acerca al Jardinero:

-Perdón, pero yo no entiendo nada… ¿Quién soy yo?

Con media sonrisa su colega responde:

-¿De verdad no sabés? Vos sos… el Galán de Barrio.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Un saludo muy particular [2/7]



El intrépido cuarteto avanza siguiendo al conejo.

Blue aún no logra reponerse de la desilusión que la causó la jugarreta del Mono: es cierto que había sido un alivio que en realidad el mensaje no hubiera provenido de su ex, pero también lamentaba un poco que no fuera sí.

Calamity camina del brazo de su reencontrada María de los Milagros, un poco por el dolor que aún siente por la explosión, otro tanto porque su rudeza de vaquero deviene en ternura nunca antes demostrada ante el roce de la piel de la joven neo-nazi.

El Jardinero del Kaos cierra la comitiva pensando en que nunca debió haberle dado tanto poder creativo a un simple Mono con Teclado, aunque a estas alturas duda de quién fue creado por quién.

De pronto el conejo se detiene y pide silencio. Están cerca.

Un golpe seco se deja oír, seguido de unos pasos.

-Suena como si un palo afilado lanzado por un hombre con su brazo derecho se hubiera clavado en una palmera y ahora se acercara a quitarla.-Exclama María.
-Tu poder de deducción me asombra-Ironiza Blue.
-¡Shh! Estamos cerca. Debemos acercarnos lentamente, no sabemos lo que una aparición repentina podría causarle…

Por alguna extraña razón, ninguno de los cuatro personajes se asombra de que el conejo hablara. Calamity Coyote apura el paso pero el Jardinero lo detiene:

-Dejame a mí primero, si es quién pienso que es, supongo que le dará gusto volver a verme.

El Jardinero se adelanta, justo cuando el conejo sin querer se pone a la vista del enigmático cazador. El hombre lo ve y vuelve a lanzar su arma, pero falla.

Nadie escucha el grito ahogado.

El símil de Tarzán toma una piedra, pero antes de que pueda lanzarla el conejo decide darse a conocer:

-¡Pará un poco! ¿Querés matarme?
-¿Un conejo que habla?
-¿Qué esperabas? ¿A un gordo vestido de rojo trayendo regalos?

Un árbol se mueve. Y otro hombre cae.

-¡Jardinero!

El grito de María dirige todas las miradas hacia el lord del Kaos, quien yace en el suelo con una lanza atravesándole el hombro derecho.

Rápidamente Blue se desprende de su corbata roja e improvisa una venda ayudado por María. Coyote saca su revólver y apunta al desconocido, al mismo tiempo que descubre que sólo le queda una bala.
-------
Blue, Calamity Coyote, María de los Milagros y él mismo aparecen por cortesía de mi amigo el Jardinero del Kaos. Para que puedan estar al tanto de las últimas aventuras de dichos personajes (que se empalman con esta nueva historia) le pedí que escribiera un breve previously...

Después de mucho, mucho tiempo, tres amigos volvieron a encontrarse y lo que parecía una reunión concertada de manera casual y sin sentido llevaba un propósito escondido. El señor Blue despierta un domingo pensando que alguien le ha robado su corazón y decide salir a buscarlo, en lugar de eso se encuentra con un millón de problemas, entre ellos María de los Milagros Schnaub una chica que tiene como pasatiempo leer Mein Kampf y perseguir punks con sus camaradas neonazis en el parque Rivadavia. Es aquí cuando después de estar en un limbo espacio temporal por cuatro años regresa Calamity Coyote para poner fin a esta situación entre Blue, María y los nazis, trayendo consigo más problemas que soluciones. Solo una persona podría salvarlos, es aquí cuando entra en escena el Jardinero del Kaos, quien después de casi un año de aislamiento acumulando neurosis y patologías psiquiátricas varias sale a la calle a rescatar a sus amigos. Toda esta sucesión de eventos llega a su punto álgido cuando se les revela que moviendo los hilos detrás de estos acontecimientos se encontraba ni más ni menos que el Mono con teclado, antiguo ayudante del Jardinero quien revela a los cuatro que esta reunión “casual” tiene un propósito más elevado. Ni más ni menos que encontrar a Galán de Barrio, quien lleva perdido mas de un año, para eso deben seguir a un conejo blanco que según el Mono “en el mejor de los casos los llevará directo al Galán de Barrio, pero eso, eso es otra historia que no me corresponde a mi contar…”