miércoles, 3 de febrero de 2010

Veinte millones


Dejó que el puro se consumiera como se había consumido su vida. Lentamente, sin grandes emociones. Sentado, esperó su turno.

Finalmente el gran temor anticapitalista había ocurrido: todo tenía un precio, hasta la vida humana.

En ocasiones anteriores el tema había ido in crescendo: tenían precio las intervenciones quirúrgicas, los órganos del cuerpo, los bebés, los vientres, los embriones. Pero ahora se había alcanzado el cenit comercial: el aliento, el latir, los sentidos y la razón pesaban fuerte sobre el plato de la balanza.

Esperaba su turno mientras el cigarro se quemaba, como se habían quemado sus pulmones de tanto fumarlos. No había sido una buena vida, no. Pero aún así quería recuperarla. La quería de vuelta, de nuevo consigo.

Dos hijos, un empleo extenuante y tres ex mujeres habían sido todo su reinado. Su huella en este mundo no había sido más profunda que la de una mariposa sobre una burbuja. Sólo había recibido facturas por cartas y firmado cheques en lugar de autógrafos. El momento más placentero era llegar a su casa luego de una larga jornada y aflojarse el nudo de la corbata.

Aún así la quería de vuelta. Aún así esperaba su turno.

Había ganado, había ahorrado, pero nunca había disfrutado. Los billetes apilados yacían inertes en algún banco hacedor de intereses. Siempre había pensado que en algún momento le servirían. No se había equivocado.

La voz angelical llamó su número. Se levantó, mordisqueó el cabo de su habano antes de escupirlo y caminó hacia la ventanilla.

El nuevo sistema divino era sublime: veinte millones, eso era lo que valía una vida humana. Ya no se podía decir que no todo tiene precio.

Con veinte millones depositados a su regreso en una cuenta especial uno podía volver a pararse en sus zapatos. Lo llamaban la resurrección de los muertos. Claro que no todos podían acceder a ella.

18 comentarios:

SIL dijo...

Donjuan...
tocaste un punto muy álgido aquí.
Todo el relato es aleccionador.
La imagen es más que lapidaria.
Y la frase del cierre es la sinopsis perfecta de este maldito sistema.

El gran temor anticapitalista es que tu metáfora magnífica, se haga realidad.
De hecho, sin llegar a extremos de ficción como comprar latidos o razón, muy pocas cosas quedan a las que no se les ha puesto un precio.

Las temperaturas altísimas tienen a tus musas a full.

Maravilloso, Profe.
Mil besos, GALÁN.

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Cuánto querés por tus dedos?

Viviana dijo...

Si alguna vez te tocó ir a un sanatorio por una urgencia, habrás notado que la vida humana depende del maldito sistema capitalista y sí que tiene precio en billetes.
Yo tengo la ilusión (ilusa, como siempre) de que las cosas cambien.
Un abrazo grande

Jardinero del Kaos dijo...

Se ha demostrado que la vida eterna es una incomodidad mas que un beneficio...ni por veinte, cinco, o uno, prolongaria mi vida mas alla de los limites que le sean impuestos.

saludos comunistas, camarada...
siga infiltrando sus textos en este mundo capitalista, basado en el new deal y las ideas yanquis.
A cuanto el kilo de conciencia???

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

¿Acaso no son fascinantes esas historias, en las que con un solo mordisco en el cuello, entre temerosas y excitantes miradas y caricias lascivas, cambian sus vidas mortales por la eternidad?.....
Aunque desde un punto de vista mas realista, creo que sería maravilloso poder disfrutar de todo lo que la vida nos aporta eternamente... pero el ser humano es débil, y tarde o temprano necesitaría ese descanso eterno.
Llegado el supuesto caso, sería una decisión muy difícil, y desde luego como tu bien dices, no al alcance de todos, así que yo me quedaría con la primera versión, en la que no hubiera mas mundo que aquel que deslizase sus labios por mi cuello, arrebatándome la vida mortal, para ofrecerme la vida eterna...(no tengo remedio :-)....)
Estupendo tu escrito, y ojala nunca dejen de existir esos valores humanos totalmente infranqueables por el vil metal...
Un beso
Ginebra.

Anónimo dijo...

Creo que se envió dos veces...soy una acaparadora, bueno, así te felicito por tu escrito doblemente ;-)
enchantée...

el oso dijo...

¿Y después de esto podría disfrutar?
Mis dudas...
Seguiría ahorrando tal vez para la próxima, echado sobre sus tesoros como dragón tolkieneano...

Excelente, abrazo!

Lascivia dijo...

Y realmente cuanto vale una vida human cuando se pone en la balanza la de uno con la del otro.
Hay un libro, por torpoeza o vejez no recuerdo de quien es la frase dice " si supiéramos que hay un bo´tón que al apretarlo muere alguie que no conocemosni tendremos noricias de él, quién no sería capaz de apretar ese botón???????????"



Un libro que super recom,iendo, muy llevadero, más que corto, excelente como todos y cada uno de los de Casona "la barca sin pescador" increíble!!!!!!!!!!!!



Maravilloso amigo, como siempre.
En serio, como preguntó alguien, cuanto por tus manos y tu cerebro???????????



Besos de esos.

Anónimo dijo...

Me parece bastante irónico que el protagonista del escrito quiera recuperar su vida y esté esperando con un cigarro en la boca. Creo que para obtener 'inmortalidad' hay que hacer méritos o realmente tener el deseo y hacer algo por ello (Sé que no es posible en los términos que los pongo; hablo teóricamente). Me gustó mucho el hecho que algo tan inalcanzable sea tan 'fácil' de conseguir (Fácil para los que tengan capital, claro).

Muy interesante. Necesito leerlo más de una vez para procesarlo bien.

:) Abrazooos

Dixie Daisy dijo...

Para otros, en cambio, eran tiempos difíciles. La miseria se erguía por doquier, surgía desde las cloacas, ululaba entre callejones, su negra bruma oscurecía las fachadas de los rascacielos para colarse en despachos como el suyo y postrar ante sus semejantes la tranquilidad de quien se sabe resguardado y a salvo. Miseria e ingenuidad formaban la simbiosis perfecta para tejer una bruma que les permitiese conciliar unas horas de sueño por la noche, mirarse al espejo y responderle a al reflejo: "tú eres un gran hombre". Veinte millones... Cuánto podría hacer con veinte millones. Podría cambiar el mundo si se lo propusiese, si quisiese. Pero su propia miseria no tenía precio.
Inhaló el humo del cigarro disfrutando de las múltiples variantes desplegadas ante sí; su mirada perdida en el vacío. Veinte millones... Por un momento estuvo tentado a preguntarse cuánto valía su vida, mas borró inmediatamente esa imagen de su mente con una nueva calada. Siempre habría alguién que supìera más, poseedor de una mayor inteligencia, de más dinero, con mayor poder y menos escrúpulos. Había cosas que era mejor no cuestionarse.

AR dijo...

En la reciente pelicula 2012, hay una frase que se comenta que es muy realista, dice: "Hay que ser alguien para salvarse", y es verdad. Se salva casi toda la gente que tiene guita, a la sociedad ni siquiera se le habia comentado lo que iba a suceder. No se si tiene algo que ver mi comentario, pero cuando lei tu entrada me acorde de esto. Si viste la peli por ahi me entendes mejor. Me encanta como escribis, te sigo con mucho gusto. Un beso gigante para mi galan :)

Dixie Daisy dijo...

Hola. Espero que no te molestase mi intromisión. Fue algo espontáneo. Primero decirte que tengo varios blogs. Respecto a tu pregunta, este blog tiene como finalidad ayudar a todos aquellos que están relacionados con alguna función social, principalmente educativa. Es por ello que mis opiniones y mi narrativa tienen poca importancia. se trata de facilitar la localización de temática relevante.
Gracias de nuevo por tu opinión, pero, ni poseo estilo literario ni suelo escribir. Hace tiempo que dejé de lado esa inquietud. De momento, a parte de alguna reseña, retomar esa parte de mi es una asignatura pendiente. Puedes leer el comienzo de un relato en el otro blog. Está incompleto, es apenas una introducción.
Un saludo.

Dixie Daisy dijo...

http://31cancionesmemyselfeye.blogspot.com

Dixie Daisy dijo...

Te he enviado una invitación al correo de hotmail que aparece. No esperes mucho del blog. Sólo hay curiosidades colgadas.

ana. dijo...

Juancito: me gustó mucho el relato. Tu estilo cada vez más tuyo. Con tu marca. Gracias por escribir ficción con compromiso.

Besitos.

Norma Ruiz dijo...

galán:
de nuevo la realidad golpea las puertas de la ficción.
la salvación tiene precio en un mundo globalizado.
perfecta descripción de un sistema capitalista.
¿se venderá conciencias?
hay muchos que la necesitan.
besos gigantes.

Giselita dijo...

La verdad, me dejaste sin palabras.
Me pareció excelente el relato.
Muy tuyo, me encanta.