martes, 11 de mayo de 2010

Felicidades intensas


¿Experimentaste alguna vez esa sensación de felicidad que dura instantes pero es sublime? No me refiero a la “felicidad en las pequeñas cosas”, en oler el aroma del café mientras untás la tostada y demás nimiedades. Me refiero a una felicidad intensa, a una felicidad que como un cachetazo te da vuelta la cabeza y te une con el cosmos. La felicidad que dura lo que la explosión de la cabeza de un fósforo al ser raspada contra la caja, pero que brilla aún más intensamente.

Yo reconozco ese tipo de felicidad en al menos tres instancias. La primera es en la música. Esos momentos de estar escuchando una melodía y fundirse con ella, dejarla vibrar por dentro y por fuera, sentirse uno como en un río con las notas que dan forma a la canción y ponerse a cantar, a bailar, solo o acompañado. Un instante en el que uno siente que ese tema en particular representa la vida de uno, o al menos el momento en el cual está viviendo. La felicidad de intensidad musical es tal vez la más sentida físicamente, por ser la más cercana a lo material, a los sensible. Aunque no por eso es más intensa que las demás, sino sólo que su manifestación es más palpable, contagiable y compartible.

En segundo lugar, y el orden es sólo por defecto, no por jerarquía, distingo la felicidad en las relaciones humanas. Ese momento en que te encontrás en un grupo o en pareja, con amigos o con la familia, y descubrís la magia inmanente que mana por todos los canales que te unen con esas personas. Es como si los conocieras de toda la vida, antes que la vida y más allá de la vida. Te emociona pensar que esas personas tan maravillosas también piensan en vos y se preocupan por vos; te alegra saber que no estás solo, que hay alguien a tu alrededor y adentro tuyo y que hay algo, se llame como se llame (amor, amistad, compañerismo…) que te une con ellos. La felicidad en la intensidad de las relaciones poco a poco se va despegando de lo material para hacer puente con lo espiritual, con lo individual, pero confluyendo con el otro.

Por último, y no menos ni más especial que las otras dos, está un tipo de felicidad que me sorprende descubrir en ciertos momentos de atavío de lecturas y pensamientos, y es justamente la felicidad en la intensidad intelectual: un resplandor que abre las puertas de la mente y ordena todas las ideas en un sistema deductivo coherente, cuyos caminos se entrelazan y fluyen en ambos sentidos, yendo de lo universal a lo particular y viceversa. Es un tipo de felicidad exclusivamente individual y abstracta, un goce pasional en la conglomeración de ideas, un orgasmo intelectual que da sentido a todo lo que venís haciendo hasta ahora. En mi caso particular, es la satisfacción de comprender teorías y como éstas se relacionan, en deducir de ellas nuevas hipótesis, encontrar las críticas justas a las tesis con las que no concuerdo y las justificaciones exactas para las mías propias. Es entender una idea y a partir de ella entender todo lo demás que venía leyendo hasta ese momento; es poner luz en la oscuridad del conocimiento, hacer click y aprehender el funcionamiento de aquello que estaba investigando; en definitiva, dar con el clítoris de la cuestión que permite ver en simultáneo lo que hasta ese momento no había sido más que una sucesión de ideas inconexas. Es sentir que el camino profesional que elegí vivir es el indicado para mí.

Supongo que puede haber otros tipos más de felicidades intensas, pero estas son las que recuerdo haber vivido hasta el momento, y en más de una ocasión.

16 comentarios:

SIL dijo...

Ta bueno ésto, eh...!!

El clítoris de la felicidad, mi querido Donjuan, es el ¡más difícil de encontrar! de todos los clítoris que andan esparcidos por la tierra esperando ser por fin hallados.
Aún así, es ¨consolador¨ pensar que al menos en esa incesante búsqueda, invertimos bien la vida.


Un beso feliz e intenso, Galán.

SIL

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

En lo primero que pensé fue en la que nombraste segunda.

La felicidad en las relaciones, creo que a esa la he vivido demasiado, la vivo, mejor dicho, y muy a menudo.

Besotes.

Anónimo dijo...

He experimentado euforia en pocas ocasiones, y es un sentimiento o sensación -no sé como llamarlo- bastante incontrolable. No sé si pueda compararlo con lo que tú describes... aunque sí recuerdo haber sentido más la tercera que las otras dos (Más repetitivo y claro).

No sé si se pueda incluír, pero hay un tipo de felicidad que viene de la nada, que se siente sin que ningún estímulo esté presente: Me ha dado a pensar que son conexiones en el cerebro que están desajustadas jajajaja. Quién sabe.

Interesante, un gran abrazo :) y gracias por pasar por mi rincón, bye!

HUMO dijo...

Que buena clasificación, y tenés razón, la tercera es como el punto G, un gran hallasgo ;)

Besos!

=) HUMO

Berserkwolf dijo...

en lo perdonal, de las 3 descritas, las mas palpable para mi es la 2, en los 3 aspectos, ese momento de interaccion, cuando sabes que no estas solo,nuevos mundos y simple pero efectiva compañia, la musica cuando escuchas la cancion adecuada es imposible cuestionar si existe el alma, y jeje la satisfaccion del conocimiento la mas dificil de traducir je je, epifanias, momentos de iluminacion haaaa es genial, y jaja la culminacion es cuando escuchas musica lees un buen libro y jaja faltan 10 minutos pa que lleguen los camaradas jaja( o en su variante aun mejor,leera a tu pareja un escrito hacia ella, o algo que escribio ella para ti, algo de poesia[aun si suena trillado] mientras escuchas la musica adecuada y te desconectas de la realidad)

Norma Ruiz dijo...

Galán de Barrio:
la felicidad en las relaciones.
por lo menos es lo que intento.
¡ahora la del clítoris y el orgasmo¡
¡de lujo¡
besotes

Ci Ci dijo...

me acabas de simplificar mucho laburo. la idea ordenadora que buscaba hace tiempo. tu top 3 es mi top 3 coool!!

Jardinero del Kaos dijo...

Tenes razon querido, son tres estadios de felicidad supremos, el de la musica. no solo el escucharla, tuve la suerte de ejecutar musica y sentir felicidad al tocar una nota,

soy un ser antisocial, asi que la segunda, mucho no la comprendo pero me ha pasado y no estuvo para nada mal.

y la tercera, sos un privilegiado de poder vivir de lo que te gusta, elegiste bien el camino

saludos, campeon

Anónimo dijo...

No son muchos los momentos en los que disfrutar de esa felicidad que describes, esa explosión magistral que recorre tus venas como si de una corriente eléctrica se tratase…
Es maravilloso ver y compartir todo ese tipo de sensaciones y emociones, más…cuando el mundo parece carecer cada vez más de todas esas pequeñas o grandes cosas, que nos elevan al cielo…
Muy de acuerdo contigo en las tres que describes, y en muchas otras que están ahí, al alcance de nuestras manos, y que muy pocas veces son disfrutadas. Tal vez por este ritmo desmesurado que la vida nos hace llevar, o porque tristemente, no son valoradas como merecen.

Muy buena entrada amigo…
Mucha felicidad… ;-)
Bsos

Louisianee dijo...

Concuerdo mucho contigo... Yo también he sentido esas sensaciones, son lo máximo. Pero no se me había ocurrido nombrarlas.

Me encanta como lo dijiste todo. ¡Excelente!

Paula Daiana dijo...

... siempre que pido un deseo pido uno solo: "ser feliz", esa mágica palabra -que mágicamente definiste- lo condensa todo.
Un placer pasar por su barrio...
Beso
Pau

Taller Literario Kapasulino dijo...

Que buena reflexión galán! Felicidad intensa sentí cuando nació mi sobrino y al verlo crecer.

Anónimo dijo...

Feliz feliz. Alegre alegre. Hay una dialéctica del odio o la amargura? En fin, muy bien lo que decís, aunque no sé si tu comentario inicial no mata una de las felicidades que creo supremas: la de la contemplación de la naturaleza como expresión concreta de lo sublime (tal vez tiene algo de intelectual metido por ahí). Bueno, saludos. Feliz de mierda. Chau! Niño-B.

ana. dijo...

Uy Juancito!!! siempre pensé que la felicidad no podía explicarse, ni escribirse, ni especificarse...pero lo hiciste muy bien sobre todo creo que uno reflexiona acerca de la felicidad, cuando es felíz por alguna razón...es como si la "idea" de felicidad apareciera en todo.

Besitos, Juancito. Sé que sos felíz por estos días ;)

Diang Lugo dijo...

Las tres que nombraste son exactamente las que mueven mi vida de una forma especial...

Las relaciones y esa felicidad que me transmiten es única...

La música... Hablar de la música es morir de alegría y sublimidad...

La intelectualidad... Creo que una de las cosas que me produce mayor alegría, placer, satisfacción y todo junto, es tomar un buen libro y devorar esa lectura de forma relajada...

Es más pienso que se puede sentir triple felicidad cuando decidimos juntar esas tres cosas...

Una compañía que nos transmita esa emoción, abordar un tema interesante o compartir una maravillosa lectura, con un fondo musical que nos proyecte esa chispa faltante... eso si es felicidad...

Alma Mateos Taborda dijo...

Muy buen post. Hay diferentes momentos en que esa felicidad intensa e indescriptible suele asistirnos.Escribes muy bien, amigo. Un abrazo