domingo, 18 de julio de 2010

Dos que son uno


Sus ojos se mezclaron con los vidrios empañados. Un día gris lo tiene cualquiera, ese peso en el pecho que cae lentamente y se queda en el estómago.

Subimos a un auto mientras esquivamos el cadáver de un gato o un perro, su estado no nos permite darnos cuenta. Sus ojos siguen grises.

No puede explicarme qué le pasa, no puede expresarlo, sólo habla con la mirada. Tal vez sea la angustia existencial, el bajón periódico que cada tanto regresa, la rutina o cualquier otra excusa. Sus ojos me miran desde el vacío.

Hace tiempo que viene reflexionando sobre la muerte, le gusta creer que la paz eterna se encuentra al final de camino, pero cada vez le cuesta más convencerse. Siente que luego del último aliento sólo hay nada.

Se cuestiona si vale la pena seguir cuando se tiene la certeza de que algún día todo va a terminar. Dejar algo en este mundo es su único consuelo. No sabe decirlo, pero con sólo mirarla me doy cuenta. Sus ojos son el espejo transparente que me devuelve la mirada y la desesperanza.

Temo que pretenda huir, dejarme sólo e inmóvil, sin esencia. Sin ella no soy nada y a la vez ella es nada sin mí. Paradójicamente es eso es lo que me angustia, el no poder seguir sin ella, sabiendo que tarde o temprano se irá. Tampoco creo que ella continúe sin mí, perderá los sentidos, se deshará en el éter.

Ahí estamos, juntos los dos por última vez, un domingo gris de lluvia fría dentro de un auto con vidrios empañados. La miro en el espejo. Me miro y me despido. Son sus ojos, son mis ojos, los que eran nuestros ojos ya no nos pertenecen.

Aprieto el gatillo y ella, mi alma, se desprende de mí para nunca más volver.

12 comentarios:

SIL dijo...

Un agnóstico diría que terminaste con ambos...
Yo, llena de dudas, en este día gris, podría decir que quizás... ella logró la libertad que tanto deseaba y dejó por fin de ser gris.

Bienvenido al ruedo,
Galán de Barrio.

SIL

Jardinero del Kaos dijo...

Nunca suicidarse dentro de un auto, opte por el ahorcamiento o cortarse las venas en la bañera

Anónimo dijo...

Che, tremendo. Pará. Desprendimiento. Estas cosas siempre me hacen acordar a la primera película que me emocionó: Trapito, cuando el alma se va volando y él grita: No!
Saludos amigo. Saludos. Alfonso

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Será que existe la vida, después de la vida?

Viviana dijo...

Es terrible. Inmensamente terrible y bien contado.
Siempre me pregunto qué pasará por la cabeza de una persona en el instante de apretar el gatillo o patear el banquito.
Ayer se suicidó un vecino. Tenía mi edad, 30 años. La semana pasada se había comprado un auto 0km y estaba estudiando para la facultad, seguía trabajando como siempre. Todavía no me lo creo. Hoy no tuve fuerzas para ir al velatorio. No quise verlo así, ni a él ni a su familia.
Un bajón, no?
Bueno, le pegaste justo en el palo con el relato.
Un abrazo, Galán.

Arya dijo...

Siempre he visto el suicidio como un acto agonico y solitario de valentia... cosas mias.

Igual tambien se q por mas dias grises siempre amanece, y mejor si sale el sol magnana.

Aqui si me diste Sr. Galante "Temo que pretenda huir, dejarme sólo e inmóvil, sin esencia. Sin ella no soy nada y a la vez ella es nada sin mí. Paradójicamente es eso es lo que me angustia, el no poder seguir sin ella, sabiendo que tarde o temprano se irá. Tampoco creo que ella continúe sin mí, perderá los sentidos, se deshará en el éter."

Era como escuchar la narracion, en voz gruesa y contundente, de una pelicula que conosco....


Me alegra leerte de regreso.. pense cosas del futbol ;)

Abrazo..T..!

Taller Literario Kapasulino dijo...

Esta muy bien redactado, me gusta como lo fuiste contando... pero no me dice mucho...

Norma Ruiz dijo...

Galán:
en el día del amigo.
te espera un premio de amistad en mi blogs.
besos

Anónimo dijo...

Hola! Con motivo del segundo aniversario de nuestro blog, queremos regalarte un presente. Pasa a buscarlo al blog del Taller.

Giselita dijo...

Está, como siempre, muy bien narrado. Y eso del miedo a quedarse sin el otro...
Pero me hubiese gustado un final menos trágico.
Usted puede Galán!!

Anónimo dijo...

Le cambié el título y retoqué algunas cositas a este texto que tal vez lo subí antes de que hubiera tomado su forma definitiva...

Ahora creo que así tiene más cuerpo y forma, y así se queda

Saludos!

ana. dijo...

Juancito, yo lo leí apenas lo publicaste y era justamente un domingo gris y lluvioso, pero no sólo desde el punto de vista climático, así que pensé que era mejor no decir nada. Ahora lo leo en un día de sol (no sólo como factor climático ;) )y pienso que a veces puede ser bueno "matar" esa parte del alma que aunque nos pertenece se ha quedado enredada en otras almas, si tenemos en cuenta como dijiste hace poco en otro post que la muerte no es un final si no una renovación, un comienzo, un cambio...es muy probable que el acto de apretar el gatillo del personaje d etu historia no haya estado equivocado.

Ufff...creo que hablé mucho :)

Besitos.