Hay veces en que la
sucesión ordinal valorativa no coincide con la temporal. Así como en un
silogismo uno afirma que la conclusión se da “después” de las premisas, sólo
por defecto, aunque la relación lógica es simultánea, así también la vida nos
da primeros y segundos meramente temporales, que no se corresponden con lo que
realmente sentimos. Baste esta breve introducción para aclarar por qué al
siguiente relato le cabe el sayo de “primer amor”.
Las transiciones diarias
que se suceden en esta seguidilla de acciones y pasiones que llamamos vida son
tan densas y continuas que uno no nota el cambio hasta recién después de haber
pasado una considerable cantidad de tiempo. Sólo en ese instante no
identificable uno puede detenerse y mirar hacia atrás. El parangón con épocas
remotas llevan a la conciencia las ideas de distancia y de cambio. Mas, el
carácter gradual del mismo hace que uno no pueda reconocer con exactitud cuándo
dejó de ser el que era y cuándo comenzó a ser el que es.
No obstante, existen
también ciertos momentos axiales en nuestro currículum vitae que permiten, cual
bisagra, abrir la puerta al cambio discreto, provocando como un bastón
moisesiano la clara división de las aguas entre un antes y un después. Eso fue
lo que sentí cuando la conocí a Ella.
Ella no fue mi primer
beso, si así se llama al primer contacto entre los labios propios y los ajenos;
ella no fue mi primera vez, si por esta acción se entiende el mero hecho de unas
sábanas culpables o de un hombre reclamando con justicia que comiencen a
llamarlo hombre; no fue mi primer amor, si eso comprende tan sólo el comienzo
de la efervescencia adolescente, el despego de la música como único sentido de
la vida y la ruptura objetual con la madre. Ella fue todo eso y más, si
“primero” se concibe en su sentido valorativo, donde el tiempo y la sucesión
son quimeras sin significado dentro del campo de lo eterno.
Para siempre. Eso fue lo
que pensé desde la primera vez que la vi, cuando nuestras miradas se cruzaron
justo después de nuestras manos que por ese entonces portaban guantes blancos,
fruto de una broma-excusa que no viene al caso. Para siempre, dijeron mis
labios que no podían hablar porque estaban jugando con los suyos mientras las
canciones se sucedían como agujas que marcan un segundo eterno. Para siempre,
deseó mi corazón, sobreviviente de otras guerras sin sentido que hallaban al
fin su verdadero bálsamo. Entonces, sin soltar sus dedos níveos caminamos a la
par y nos dejamos ser sobre un sillón de cuero, blanco.
Cada una de sus palabras
se correspondían con las mías como suaves pies que, apenas apoyados sobres los
pedales de una bicicleta, comenzaban una marcha amena, franca y cada vez más
empinada. Y nos dejamos llevar, libremente por sonrisas que avanzaban devenidas
canciones y un amor que ya se atrevía a ser tal aunque la Luna no se había
movido demasiado aún en su trayectoria nocturna.
A veces, ni siquiera el
tiempo es necesario, cuando los arquetipos convergen, por azar o por destino, y
se manifiestan en dos almas que desean ser una. Así, las mariposas, las nubes
de algodón y el cielorraso teñido de rosa terminan por ensalzar aquello que no
precisa cursilerías, por ser puro, auténtico, único.
La Tierra está a punto
de dar una vuelta completa al Sol desde aquel día en que nuestros caminos se
cruzaron. Mas la sensación sigue intacta, creciendo, alimentándose de deseos,
proyectos, pequeñas pruebas, algunas ya realizadas, otras por hacerse. Y sus
ojos mantienen la frescura de la primera noche, sus mejillas la inocencia, su
cuerpo la pasión y su boca los suspiros que jamás dejan de unirse con los míos.
La felicidad, búsqueda incansable de algunos y descanso resignado de otros, hoy
se resume en levantar la mirada y comprobar que Ella sigue a mi lado.
Dicen que no hay tiempo
para los dioses y quién sino Eros para ser causa y testigo de aquello que
perdurará para siempre, y después también. Mi corazón, mi mente y mis cinco
sentidos concuerdan y confirman con cada latido que ella fue, es y será mi
primer amor.
5 comentarios:
me atrapaste como un iman. te amo
¨A veces, ni siquiera el tiempo es necesario, cuando los arquetipos convergen, por azar o por destino.¨
Amén.
Felices, Donjuan, felices infinitamente los que logran encontrarse en el momento justo, en este mundo tan complejo.
Los que pueden estar juntos, y quererse sin obstáculos, ni rémoras, ni prohibiciones.
Un beso,
SIL
Miércoles... estás realmente enamorado.
:)
Hay dos cosas que quisiera decir. Bueno, tres: una, que haces una gran referencia al cálculo diferencial, a ese que creó Newton y Leibniz en una anécdota matemática que pasó a la historia del chisme. Dos, defintiviamente la asignación de 'primero' es un tema precisamente del criterio de asignación tal cual como tú lo has hecho. Y tercero, qué bueno ese amor tuyo. Qué bella esa sensación del aliento tibio que acompaña sentirse ebrio de ganas de alguien. Esa comodidad futura de un no importa lo que pase. Que te felicito, hombre. ¡Saludos! F.
Bellísimo homenaje al amor…ése que no entiende del tiempo…
Fue bonito leerte ;-)
Bsos
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